miércoles, 20 de octubre de 2010

Imperfección

(Sarahi Cardona)


Demasiada piel desperdiciada.

El uno sin el otro son irremediablemente deformes.

No tienen sentido si no están entretejidos.

Se ven grotescos porque son dos y no uno.

Su piel desolada sin las secreciones del otro.

Vacíos sin más fluidos que los propios.

Inertes porque no se tocan, destrozan, despedazan.

Él se ve risible sin sus uñas clavadas en la espalda,

además del hueco entre su hombro y su pecho

desamparado sin la cabeza de ella buscando cobijo.

Los pechos de ella desérticos sin sus manos, sin sus dientes.

Sus sexos huérfanos, infecundos, secos, inactivos, indefensos.

Están descubiertos sin sus dedos, sin sus uñas.

Deshabitados, despojados de toda pasión.

Desolados, áridos, baldíos, inútiles, deleznables.

Anómalos, ridículos, absurdos, ilógicos.

Falsos e incoherentes porque duermen y despiertan

sin la despiadada rutina de besos asesinos y enredos venenosos.

Desatinados, mefíticos, desordenados, inconexos, descompuestos.

Inestables porque sus ejes no están aferrados.

Corrompidos por la pedantería de respirar sin quitarse el aire.

A él le falta ella, a ella le falta él.

Son imperfectos.

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