(Roberto Fernández Terán)
Iniciada la farándula
con un teatro abarrotado,
el caudillo se solaza
al redoble de tambores.
El gentío respondía
al mensaje del pregón.
¡Viva la revolución!
¡Viva el Estado nuevo!
¡Muchas fotos!
¡vastas poses!
¡cacofonía del ruido!
¡Y, el cambio que no aparece!
Máscara nueva con porte,
para negocio de ricos,
dejando correr el oro
a bolsillos extranjeros.
La mentira ya se acaba
no se aguanta más la crisis,
trabajadores muy sabios
desnudan tanta impostura.
La huesuda ya se cierne
sobre la nueva corona,
la falacia tiene un costo
que la plebe no perdona.