martes, 21 de junio de 2011

En Algunas Plazas

(G. Munckel Alfaro)


Así nomás es. En la madrugada barren, pero de día se va ensuciando así de a poquito y en la noche yastá mugre nomás la calle. Y más bien es así, porque así se ensucian los zapatos y harto cliente aparece. De todo se ve. Hay el caballero que viene a leer su periódico y a veces te cuenta quésta pasando y te enteras nomás de todito lo malo, porque sólo lo que no le gusta te cuenta, puro quejas nomás. También saben venir las señoras. Casi siempre vienen con su comadre y así nomás te enteras de la vida de su otra comadre, que mala siempre debe ser y grave le deben arder sus orejas por lo que hablan para ella sus comadres; otras veces, cuando se vienen solitas las doñas, todo te preguntan: dónde vives, si has desayunado, si estás estudiando, qués de tu papi y tu mami, dónde siempre trabajan, y así nomás hay que contarles todo aguantándose nomás el dolor en el pecho y tragando saliva; pero es mejor, porque cuando vienen solas las doñitas te pagan más, para tu helado dicen. Pero como no tienen mucho para lustrar, se van rapidito y a veces te despeinan, su cariño nomás es. Lo malo son los otros chicos, los que tienen su silla, su puesto para trabajar, donde ellos nomás quiere ir la gente. Igual es más mejor andar por ahís con el banquito, porque buscas pues al cliente. A veces hay los estudiantes que se saben sentar a charlar en los bancos, es más divertido lustrarles a ellos, porque como usan calzado negro, cuando terminas, te quedas mirando los árboles que se reflejan en el cuero recién lustradito, bien lindo es. Pero también hay estudiantes más grandes, una macana, porque tenis nomás usan y cuando les dices se lo lustro joven te miran nomás como a cojudo y a veces ni siquiera “no” te dicen, una macana es. Lo mejor es cuando a habido harto cliente y al mediodía aparece la doñita a vender almuerzo. Buena gente es. Como me conoce, cuando tengo plata para comprarle me yapa harto nomás. También cuando vende rápido (porque bien rico cocina, harto le compran; hasta de la alcaldía vienen a veces a comprarle almuerzo), pero cuando vende rápido, nos sentamos en el pastito y me invita refresco, buena gente es. A veces también nos quedamos mirando las palomas picoteando sus migas, a algunas las conocemos y hasta nombres les hemos puesto. Igual que las palomas, igualito hay gente que viene siempre aquí. Los mismos caballeros con su ropa elegante así con su corbata, y señoras de pantalón y de pollera, de todo se ve aquí. Algunos son buena gente y a veces te invitan alguito, pero muy rara vez es eso. Algunos me conocen y de mi nombre nomás me llaman para que vaya a lustrarles a su asiento, y eso que a veces ni sé cómo se llaman, igual nomás me tratan como su amigo. Otras veces hay quir nomás a otro lado a buscar cliente, a otra plaza; pero se encuentra nomás. Lo malo es que en otros lados ya no conoces a las gentes que van, casi ni palomas hay, es mejor aquí nomás; pero igual siempre hay quir en las tardes a otro lado. Más mala es la gente en esas otras plazas, se pasan nomás de largo y hay que perseguirles diciendo se lo lustro caballero porque no te quieren hacer caso. Igual otra gente hay en ahí, que no quiere que se lo lustres pero te charlan nomás, a veces alguito siempre te invitan. Pero aquí en la placita es más mejor, más lindo es, harta gente hay. Cuando te cansas, te sientas nomás en el pasto, en la grada y ves nomás cómo andan por todo lado, caminando así como locos, de todo se ve. Pero igual nomás hay questar mirando, por ahí se aparece un caballero con su zapato sucio y hay quir a decirle se lo lustro antes que te ganen los otros. Así nomás es. Tres pesitos sería.