lunes, 12 de septiembre de 2011

VIII

(Ariel Yañes)


Cae suave la noche, hecha sábana;

La lluvia ya no cae en el salón,

Ceniza del tiempo indeleble

Y en ese momento comencé a reír.


Sobre sus sueños grita un suspiro,

Azul fuego en el frío de sus ojos.

El café en la mesa, con todo lo demás,

No se detiene, sigue avanzando.


Se cuela la luz azul y danza, azul.

Volvió al sol en un insomnio,

Su voz termina como todo punto final:

Con énfasis, pero no hay más que decir.