miércoles, 8 de febrero de 2012

Preludio en Dos Décimas

(G. Munckel Alfaro)


Solitario en la cumbre

De este monte dorado,

Bajo un sol ya cansado

Labra los campos un hombre.

Leguas de tierra sin nombre

Alimentan su mirada

Que, del trabajo cansada,

Al paso de oro a cobre

Antes que el sueño obre

Se entrega deleitada.


El tiempo se adormece

Y ante el paisaje

Con su dorado ropaje

En suave brisa se mece.

Cuando un destello crece

Junto al fin de la tarde

Y se esconde, cobarde,

El rojo sol a lo lejos,

El hombre nota reflejos

Y el horizonte arde.