sábado, 12 de noviembre de 2011

Bocetos para Sentir una Despedida

(Sarahi Cardona)


Para que alguien se vaya, tuvo que estar

Si alguien se ve bien sólo…

mejor no romper el cuadro con una presencia


Pensé que se quedaría, tal vez no es eso lo que quiero decir, quizá necesito otras palabras que signifiquen lo que me pasa ahora, posiblemente no las conozco o las diría, también es posible que simplemente no quieran salir hoy. La encontré y la traje a esta casa, en realidad a mi habitación. Llegaba y la veía siempre aquí, todos los días, casi como encuentro estas paredes azules con ventanas blancas, y en ellas cortinas de encaje. Nunca hubo algo diferente, ella estaba en la cama, sin blusa y con los pezones erectos al descubierto, no sonreía, tal vez no lo sabía hacer, o no era feliz, tampoco sé si no hablaba o no me hablaba. Movía sus pies y me dejaba contemplarla, me dejaba ver su sexo y ella misma se acaricia y se consumía de pacer, yo la miraba, mas nunca la tocaba. Le traía dulces que devoraba antes de acurrucarse en mis brazos, mientras yo fumaba el último cigarrillo del día, ella se dormía antes de que se consuma, y en las mañanas despertaba con el jugo que le preparaba. Me miraba pero efímeramente. No recuerdo haberle dicho tampoco ninguna palabra. No sé su nombre, ni quién era. Yo me bañaba y me vestía, no sé si ella lo hacia alguna vez, no sé si ella hacia algo alguna vez, hoy se fue. Creo que no es cuestión de hallar palabras para mis pensamientos, simplemente que al encender la luz de esta habitación y no encontrarla me dio la sensación de que debí estar aquí, no sé si quería, pero me dio la impresión que correspondía encontrarla aquí.