lunes, 10 de septiembre de 2012

La palabra que es todos los fuegos


(G. Munckel Alfaro)

En toda la historia de la humanidad, sólo se supo de un hombre que emprendió el peligroso viaje hacia el hasta entonces desconocido origen del fuego. Se había pensado que el fuego podía producirse; pero no se sabía que en realidad se lo invocaba, que era siempre el mismo fuego, ubicuo y atemporal. Fue gracias a este visionario —un Prometeo entre los nuestros— que se supo que todos los fuegos son un mismo fuego y que arde en la caverna donde nacieron todas las palabras.