jueves, 9 de febrero de 2012

Corre el año 1415 de Nuestro Señor…

(Sarahi Cardona)


Y aquí profetizo: que esta querella de hoy,

que ha acrecido esta facción hasta el jardín del Temple

enviará, tanto de la Rosa Roja como de la Rosa Blanca,

millares de almas a la muerte y a la noche eterna

De la obra “Enrique VI” de William Shakespeare.


El año del señor de 1415.

Mi rey, a quien a sus pies me inclino y mi vida por su reino e Inglaterra ofrezco.

Yo, el quinto por herencia, apellido, nacimiento y nobleza de los Plantagenet, me dirijo a vuestra majestad para informaros que aquello que mi mujer llevaba ha resultado una mujer. Poco para el fortalecimiento del ejército, sin embargo, la formaré digna doncella para ofrecerla en matrimonio a su heredero si así me lo concede. Por los secretos de la casa Lancaster que guardo como fiel escudero, es de mi consideración que, con la venia del cielo y la de vuestra reverente alcurnia, me sea concedida la dicha de educar, hecha y derecha, a la futura esposa de quien habrá de poseer no como único atavío la corana sino la sabiduría para librar batallas de aquello que se especula está en la mente de la casa de York.

Sus ojos son como pedazos de cielo y sus labios tan rojos como la rosa a quien servirá. Voy a alimentarla con miel para que cuando la espada de su esposo decapite la rosa blanca, su vientre acune al heredero y sucesor, y sus pechos tengan la leche más dulce para amamantar al vencedor. Son tiempos negros de mal hado los que se avecinan, por eso ella poseerá la entereza de corazón y tenacidad en la entrañas. Nada la perturbará, sólo el beso que con lágrimas entregará en el lecho de quien ha de redimirnos.

La hechicera me ha hablado la noche que la concebí y así sonaron sus palabras: Una mano no corta una rosa, otra mano empuña una espada y la espada corta la rosa, la rosa saca una lágrima, la lágrima se queda en la piedra y el destino pone a la sangre en las manos de quien amanta. Por esto, mi rey, me es permitido pediros en nombre de los caballeros que a su servicio tributamos tome en consideración a esta criatura.