(Sarahi Cardona)
Eran celosos, intolerantes, impacientes y propensos a dañarse
Ella se pasaba los días con café y cigarrillos, para borrar el olor que le dejaba en la piel
Él con un whisky sin hielo pretendía olvidar besos y miradas.
Se necesitaban
Y además se amaban
Nada les era suficiente
El tiempo les era imposible
Buscaron refugio en una habitación amarilla
Llena de farolas encendidas
Cerraron las ventanas y las escondieron tras pesadas cortinas
Para no saber si amanecía o anochecía
Su único equipaje era la piel desnuda, deseosa de lujuria
Decidieron no ser felices
Se fueron acabando el uno al otro
Redimidos y entrelazados
Ella con filigranas de piel entre sus uñas,
Él con la boca saciada de ella
Hasta que las farolas se apaguen.