sábado, 31 de enero de 2015

XII

(Ariel Yañes)

Llevo el nombre de un muerto que perdió su sombra
Desgarrado, impasible y sublime como un suspiro
En la cima de tu penumbra no te conmueves
Todos mis caminos conducen al olvido
Rasgando las aguas en un último grito
Vuelan recuerdos con alas feroces de horror
El recuerdo de todas las sombras que se posaron en mis manos
Danzando con las hojas precipitadamente al suelo
Te descascaras y esperas que recojan tus retazos
Y el bosque se ha perdido en tu mirada
Cual sepulcro inamovible abandonado en eterna paz
Y te comienzas a rasgar por tu piel blanda
El humo ha escrito mi último nombre en el aire
El ave surca los cielos en su ígneo vuelo

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